Advertisement

Main Ad

Contra el fascismo, un relato de esperanza

Una ola de fascismo recorre el mundo. En España parece que acabamos de pararla momentáneamente (o la hemos empujado al interior del PP), pero no se ha ido muy lejos.. Yo estoy aterrorizado, pero no sorprendido. Lamentablemente, esto es algo previsto desde hace bastante tiempo. Mucha gente venía avisando de que el fascismo, dicho en sentido amplio, es una de las consecuencias esperables de la policrisis que llevamos sufriendo, si no se cambia el rumbo.


¿Por qué brota el fascismo?

Desde Eric Fromm sabemos que cuando las personas sienten miedo o inseguridad sin una esperanza clara, y no tienen la suficiente madurez y confianza en sí mismas, tienden a infantilizarse. A dejarse llevar más por lo visceral que lo racional, a buscar la protección de una figura de autoridad paternal fuerte y a refugiarse en la tribu. Esto son instintos muy básicos, que nos han ayudado durante millones de años a sobrevivir en las épocas malas. Pero cuando le ocurre a toda una clase social mayoritaria, humilde pero en una situación de relativa seguridad y que percibe riesgo de perderla, se dan las condiciones favorables para el autoritarismo y la xenofobia rampantes.

Esto no es algo que se pueda atajar directamente: intentar razonar o negociar con personas paralizadas por el miedo es inútil. Sólo en momentos de más prosperidad y optimismo es posible salir de ese pensamiento. Si queremos neutralizar definitivamente esta ola, la única posibilidad es que se viralice un relato de esperanza, que aborde eso miedos y los supere de forma eficaz.

¿De dónde viene el miedo?

Hoy día hay motivos reales para tener miedo. Estamos en medio de una crisis doble: ecológica y económica, potencialmente catastróficas.

La ecológica es muy visible ahora. Hemos superado los límites del planeta, y tenemos contaminación, cambio climático, escasez de energía y guerras por el control de recursos afectando directamente a nuestras vidas particulares.

La económica es más insidiosa, porque se sigue intentando ocultar. Pero realmente es la causa raíz de la otra. El sistema económico que decidimos implantar en los años 70-80 necesita un crecimiento exponencial para no colapsar. Y ese crecimiento produce consumismo y agota los recursos naturales. Pero si se detiene, tenemos recesión y paro. Es algo intrínseco al sistema y no parece que vaya a venir una tecnología milagrosa que lo evite.

Mucha gente no es consciente de todo esto, pero sí están notando ya en sus propias carnes las consecuencias (paro, aumento de precios, movimientos migratorios...). Hay un ambiente de miedo, pero difuso, con muchas noticias alarmantes pero pocas explicaciones claras.


¿Hay alguna otra opción?

Por suerte hay esperanza. Hay otros modelos que no necesitan crecer y pueden repartir mejor la riqueza. Lamentablemente, el modelo socialdemócrata clásico no es suficiente para romper el dilema que explico ahí arriba, y por eso los movimientos progresistas mayoritarios no son capaces de generar esa ilusión que hace falta.

Se necesita algo más evolucionado, pero la buena noticia es que ya existe. Muchos movimientos civiles llevan tiempo proponiendo nuevos paradigmas. Incluso partidos como los que integran Sumar han empezado a presentar algunas propuestas basadas en ellos, aunque por ahora les falta capacidad didáctica para explicarlas bien y no están suficientemente elaboradas.


¿Qué podemos hacer?

La gran mayoría de las personas que apoyan el fascismo no son en esencia xenófobas ni autoritaristas. Lo que tienen es miedo al futuro, y éste les hace agarrarse al clavo ardiendo de los únicos que les ofrecen propuestas que se pueden entender y que prometen resolver sus problemas personales (aunque sea mentira). Mientras que las alternativas, o bien repiten consignas ya superadas o imposibles en la práctica, o proponen ideas demasiado técnicas y difíciles de entender, o ayudan a las minorías más desfavorecidas pero se olvidan de las mayorías también perjudicadas.

Es necesario que presentemos una propuesta realmente innovadora:

  • Basada, por supuesto, 100% en evidencia científica y en hechos comprobables.
  • Que incluya la Democracia, los Derechos Humanos y la justicia social en su esencia.
  • Que aborde al mismo tiempo los problemas ecológicos y los económicos.
  • Que se presente en forma de un relato coherente y fácil de entender.
  • Que conecte con los problemas personales de la mayoría de la gente y ofrezca una salida creíble y mejor que la del populismo.

Las tres primeras condiciones ya se cumplen, lo que fallan son las dos últimas. Si se consiguieran, estoy convencido de que el resultado atraería a esa mayoría que comentaba arriba y revertiríamos la tendencia retrógrada. Volvería la esperanza y se acabaría el miedo. Y podríamos avanzar a un futuro mejor, donde el progreso signifique más felicidad para todas las personas y no más dinero en manos de unas pocas.

Un proyecto

Personalmente me gustaría ayudar a impulsar un grupo de debate para elaborar conjuntamente esa propuesta. Voy a intentar promoverlo en Weall Iberia y en la Federación Española de la EBC, que es donde suelo participar. El proyecto consistiría en observar cuáles son las consignas del neofascismo, averiguar a qué angustias y preocupaciones de la gente en España apelan, y estudiar qué soluciones  mejores puede dar la nueva economía. Cuando lo tengamos, podremos ver cómo contarlo en forma de relato atractivo.

Aquí hay un ejemplo de cómo podría ser el resultado de este debate. Por ahora es sólo opinión mía, me gustaría llegar a algo consensuado y bien fundamentado por personas que saben más que yo.

Publicar un comentario

0 Comentarios