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Los partidos ante la crisis económica y ecológica



El presente texto surge de la reflexión de que la crisis ecológica lo cambia todo. Cambio climático, pico del petróleo y otras materias primas, contaminación y pérdida de biodiversidad forman un escenario que hace que sea físicamente imposible mantener el tipo de sociedad industrial tal como es hoy día.

Esto en realidad no es algo nuevo, muchas culturas a lo largo de la Historia han llegado a un punto en el que el territorio que habitan ya no es capaz de sostener a toda su población. La respuesta tradicional ha sido la expansión colonial, invadiendo otras culturas para apoderarse de sus recursos. Y cuando no ha sido posible, la civilización ha colapsado y ha sido a su vez invadida.

La diferencia esta vez es que nuestra cultura ha llegado a ocupar el planeta completo, y no parece que haya otros planetas a los que expandirnos ni otras civilizaciones que nos puedan reemplazar. Y que nuestra capacidad de destrucción ecológica puede llegar a un nivel de erradicación total de la vida humana y de gran parte del resto de la vida en la Tierra.

La crisis está ya en marcha, pero la mayoría de la gente sigue sin ser consciente de las implicaciones. Los poderes institucionales siguen planteando como solución las mismas estrategias que se han usado ya en los siglos XIX y XX, sin considerar que la situación es completamente distinta.

En el ejercicio que sigue me gustaría sintetizar en qué consisten las diferentes propuestas, simbolizadas por los diversos partidos que se presentan a las elecciones españolas (aunque a nivel internacional las opciones son muy parecidas). Y hacer una proyección de cuál podría ser el resultado si se implementan tal cual, pero teniendo en cuenta el escenario del límite ecológico.

Finalmente propongo un nuevo enfoque que se está elaborando a nivel de sociedad civil, sin ser por ahora asumida por ninguna institución oficial. E intento extrapolar cómo creo yo que podrían desarrollarse los acontecimientos si algún día se desarrolla de forma general. No pretendo ser un experto que adivine exactamente lo que va a pasar. Es más bien un ejercicio de reflexión para intentar aclarar mis propias ideas, las conclusiones a las que he llegado tras lo que he leído, visto y vivido. Y que sirva para iniciar debates, más que para cerrarlos.

Programa económico de Vox

  • Traslado de todos los chiringuitos públicos al control del gobierno central.
  • Desregulación de la economía y reducción drástica de impuestos.
  • Supresión de subsidios y normas de protección a los trabajadores (sobre todo inmigrantes) y a la naturaleza.
  • Estado fuerte que defiende los valores nacional-católicos tradicionales.
El nombre más adecuado para este sistema es “Capitalismo de Estado” (que se caracteriza por combinar los peores vicios del capitalismo y los del comunismo al mismo tiempo).

Resultado previsible si se cumpliera tal cual:

Las empresas controladas por las familias del poder tradicional españolas (con árboles genalógicos que se remontan a la Edad Media) son privilegiadas y apoyadas por el estado. Básicamente pueden hacer lo que quieran y tienen libertad para distorsionar el mercado en su beneficio y para explotar a los trabajadores sin límite.

En una primera fase, crecimiento explosivo de la economía, basado principalmente en la reducción de los “costes” laborales, la especulación y creación de burbujas y el expolio acelerado de los recursos naturales.

El mercado laboral sufre una revolución tercermundista. Se crean muchos puestos de trabajo nuevos, todos precarios y miserables, con sueldos bajos y malas condiciones. La protesta y organización sindical es reprimida violentamente. Muchas personas quedan excluidas incluso de este trabajo precario y son dejadas en la miseria total sin ayuda.

Con el tiempo las burbujas explotan generando nuevas crisis, y las catástrofes ecológicas se disparan, empeorando terriblemente las condiciones sociales. Las protestas se agravan, así como la represión policial. Se suprime la democracia en un intento inútil de mantener el control y aplastar la revolución. Se genera una espiral de violencia que acaba en una situación de guerra, un estado fascista o la desintegración del estado, con pérdidas masivas humanas y naturales.

Programa económico de Ciudadanos

  • Centralización y desregulación igual que en el caso anterior.
  • Las empresas privilegiadas en este caso no son las tradicionales sino las que tengan mayor rendimiento económico y superioridad tecnológica.
  • Estado débil. La religión y sexualidad son privadas, el gobierno no tiene nada que decir ahí.
  • Se prefiere que el poder lo ejerzan directamente las empresas mediante el control de la información, la manipulación emocional y el control mental (ver “Un mundo feliz”), en vez del estado mediante la violencia.
  • La protección de las personas se confía a la tecnología, prefiriendo algoritmos automáticos de supervisión y control a la intervención humana.
  • Para la protección de la naturaleza se confía en que aparezcan avances tecnológicos que resuelvan el dilema de seguir creciendo y contaminando menos al mismo tiempo.
Podemos llamar a este sistema “Neoliberalismo tecnócrata”.

Resultado previsible si se cumpliera tal cual:

(este escenario en realidad ya se está produciendo y está en fase avanzada).
 
Primera fase de crecimiento económico explosivo. La riqueza se tiende a concentrar en cada vez menos manos, pero el crecimiento de la misma hace que incluso las personas más desfavorecidas tengan algo. La sociedad sufre una alienación consumista, alentada por la manipulación mediática. Las personas se convierten en recursos deshumanizados, meras piezas usadas para producir beneficio económico.

Las mejoras en eficiencia ecológica se tienden a traducir no en contaminar menos, sino en producir más contaminando lo mismo. Pero el avance de la ciencia no es infinito y se encuentran muchos topes que impiden seguir creciendo sin degradar el medio ambiente.

Al llegar a los límites, el crecimiento económico se reconvierte a la especulación y creación de burbujas, permitida por la desregulación. La demanda de trabajo humano se reduce, y por la ley de mercado el valor del trabajo cae drásticamente. Los sueldos y condiciones laborales se desploman y aparecen cada vez más personas excluidas y en la miseria, mientras que la élite económica sigue acumulando más riqueza. Para luchar contra la pobreza se sigue buscando más crecimiento, aumentando la presión sobre la naturaleza y generando crisis ecológicas cada vez más graves.

Para combatir las protestas crecientes, se incrementa el desarrollo de algoritmos y técnicas de manipulación social. Pero estos sistemas no tienen la eficacia esperada y no son capaces de mantener el control. El sistema va degradando a una espiral de violencia tradicional.

Las élites económicas se bunkerizan. Se crean oasis tecno-consumistas rodeados por muros acorazados y protegidos por fuerzas militares altamente tecnificadas, mientras el resto del mundo se desploma en el caos, el fascismo y la destrucción (ver “Elysium”).

Programa económico del PP

Ir dando bandazos entre el modelo de Vox y el de Ciudadanos, según soplen los vientos electorales.

Programa económico del PSOE

El sistema es una “Socialdemocracia neoliberal”, que consiste básicamente en fingir una intervención pública para corregir los fallos del mercado y proteger a las personas más desfavorecidas, pero sin coste económico y manteniendo intacto el poder de las élites tradicionales y tecnocráticas.

Esto se traduce en unas políticas moderadamente progresistas en lo cultural, más superficiales que realmente transformadoras. Pero en lo económico el programa es básicamente el mismo que el de Ciudadanos o incluso el de Vox, con medidas puntuales de control más basadas en propaganda y simbólicas que en acciones reales.

El resultado previsible es el mismo que en el modelo neoliberal.

Programa económico de Podemos

  • Economía de mercado supervisada y vigilada por el Estado.
  • Intervención y regulación para intentar corregir los fallos de mercado.
  • Control directo del Estado a los sectores económicos fundamentales (infraestructuras, energía, comunicaciones…).
  • Estímulos a la economía mediante la inversión pública para intentar fomentar el crecimiento.
  • Protección social a los colectivos tradicionalmente discriminados, mediante subsidios y mecanismos de discriminación positiva.
El nombre del modelo es “Socialdemocracia keynesiana”, con un ojo puesto en el marxismo leninista (de lejos).

Una variante reciente es el llamado “Socialismo verde” o “Green new deal”, que consiste en dedicar esa intervención y estímulo económico a reemplazar el uso de combustibles fósiles por energías renovables, y desarrollar la eficiencia ecológica de la industria.

Resultado previsible si se cumpliera tal cual:

Creación de una nueva casta burocrática de funcionarios públicos. Fuerte trasvase de la riqueza de las otras dos castas (la tradicional y la financiero-tecnológica), a la nueva, vía impuestos. Parte de esa riqueza se traslada a la población mediante subsidios y ayudas.

Primera fase de moderado crecimiento económico, basado principalmente en el aumento de la demanda gracias a la subida del poder adquisitivo de las personas. En el modelo clásico la degradación ecológica se mantiene igual. En el socialismo verde, las mejoras en la eficiencia se traducen no en contaminar menos, sino en producir más contaminando lo mismo, llegando igualmente a los límites en breve plazo.

La nueva casta es muy inestable. Al no estar basada en una tradición aristocrática o en una competición económica, cualquier persona puede aspirar a ser casta. Esto se traduce en constantes luchas internas por el poder, que consumen muchos recursos, y acaban en estructuras de gestión verticales y autoritarias para buscar algo de estabilidad. Tambien se gastan muchos recursos en luchar contra las otras dos élites (también verticales y autoritarias, por supuesto) que intentan recuperar su hegemonía.

La regulación limita inicialmente la aparición de burbujas y especulación, y protege parcialmente a las personas más desvalorizadas por el mercado libre. Pero la verticalidad, autoritarismo y falta de transparencia hacen que la burocracia se dirija cada vez más a su propio mantenimiento que a una gestión razonable. Además se fomenta una clase obrera conservadora, subsidiada y pasiva, con muy poca energía. El resultado es una caída del rendimiento económico con aumento de la pobreza, fuertemente agravada por las catástrofes ecológicas cada vez mayores.

Para paliar sus efectos se aumentan las ayudas a los más desfavorecidos, pero como el Estado tiene menos ingresos por el enfriamiento económico, se incrementa la deuda indefinidamente, hasta que ésta explota y se producen quiebras del Estado. Las sucesivas crisis van degradando el sistema hacia el modelo neoliberal o hacia el fascista, con el mismo resultado final.

Economía del Bien Común y Decrecimiento

  • Formación a la ciudadanía sobre cómo debatir de forma razonable, colaborar y organizarse, y fomento del pensamiento crítico.
  • Transparencia completa de la acción de gobierno, y permitir a la ciudadanía intervenir en la gestión en cualquier momento, no únicamente en las elecciones.
  • Desarrollo de herramientas consensuadas para medir el impacto (positivo o negativo) de cualquier actividad económica en la dignidad humana y el medio ambiente. 
  • Fomento del desarrollo espiritual (en el sentido laico de la palabra). Redefinición de la economía como herramienta para ayudar al bienestar humano y no como fin en sí mismo.
  • Economía de mercado en la que el valor de los productos tiene tres indicadores: precio (o rendimiento económico), impacto humano e impacto ecológico, y hay que optimizarlos todos. 
  • Transformación de la economía financiera para no necesitar un crecimiento constante, que se pueda mantener estático o incluso decrecer sin colapsar. 
  • Estado fuerte, democrático y descentralizado, con separación real de poderes. 
  • Gestión pública o privada, subida o bajada de impuestos, intervención o liberalización selectivamente según la medición de impacto de cada actividad y cada sector particular.

Resultado previsible si se cumpliera tal cual:

Tras la próxima crisis, se desploma la confianza en las instituciones y aparece un nuevo movimiento tipo 15m. Esta vez se viralizan las ideas de democracia directa y economía ética. Por fin se encuentra la forma de superar el miedo a la libertad de la mayoría, y de crear estructuras horizontales a gran escala eficaces y resilientes.

Primera fase, muy breve, de crecimiento económico explosivo. Por un lado el incremento de demanda de productos justos y ecológicos estimula la inversión en la reconversión industrial, creando nuevos puestos de trabajo. Por otro aparecen miles de estructuras cooperativas (de producción y consumo) que relocalizan la economía y redistribuyen la riqueza. Se empieza a implementar un plan de reducción de jornada laboral combinado con Renta Básica para eliminar la pobreza.

Algunas voces avisan de que la reconversión industrial también tiene un coste ecológico, aunque a la larga sea beneficiosa, y que habría que hacerla de forma gradual. Pero poca gente escucha y además ya no queda tiempo para ello, es algo que habría que haber empezado hace décadas. Con lo que el cambio se hace a gran velocidad y la presión sobre la naturaleza, paradójicamente, aumenta.

De todas formas no hay ocasión para ver el resultado. La democratización de la economía hace perder poder y privilegios a las élites tradicional y tecnocrática, que reaccionan violentamente. Primero activan al máximo la máquina de manipulación para intentar construir una nueva contrarevolución “gatopardiana”. Si no lo consiguen, provocan deliberadamente una nueva crisis extrema, con desastres y guerras generalizadas para aplicar la doctrina del shock. Si alguna de estas ofensivas funciona, pasamos a alguno de los escenarios anteriores, pero ya directamente en la fase catastrófica.

En cualquier caso, el sistema no es capaz de cambiar a tiempo de evitar la caída energética y ecológica. Las estructuras complejas que soportan el mundo globalizado colapsan, y la sociedad desciende a un nivel menos tecnificado. Pero si hay suerte, las estructuras horizontales creadas aguantan, conservan el conocimiento y crean oasis de vida más próspera que en los lugares más afectados por las catástrofes, aunque más simple que la que había hasta ahora. Estos oasis atraen gente y crecen, y (una vez mas si hay suerte) la gente que llega se adapta al nuevo estilo de vida. Con lo que el pensamiento democrático, humanista y ecológico se convierte en hegemónico y forma la base de una sociedad mejor (ver "15-15-15").

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